domingo, 26 de julio de 2009

La secundaria es el Talón de Aquiles del sistema educativo

El nivel secundaria se ha convertido en el Talón de Aquiles del sistema educativo nacional.
Formados por muchos maestros improvisados que carecen de conocimientos pedagógicos, como admite el propio Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), los casi seis millones de adolescentes que cursan del primero al tercero de secundaria carecen de programas de orientación y apoyo que les permitan afrontar los problemas propios de su edad y los cuales generan conflictos en sus planteles.
La quinta parte de quienes inician este nivel educativo jamás lo concluyen, y aunque las autoriades federales dicen estar pendientes de sus problemas, la reforma prometida no avanza, mientras 80 por ciento de los educandos reportan graves lagunas de conocimiento en matemáticas, comprensión de lectura y cultura científica o cívica.
Los resultados de las evaluaciones nacionales han abierto la puerta a la entraña académica del nivel secundario de la enseñanza básica.
Tanto el Centro Nacional para la Evaluación de la Educación Superior (Ceneval) como el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE) confirman que la mayoría de los estudiantes de secundaria no tienen los conocimientos suficientes para sustentar el grado que adquieren.
De esta forma, los análisis realizados desde el interior de las instituciones de enseñanza superior como la UNAM y la UAM mostraron sus aciertos: las lagunas de conocimiento que arrastran los estudiantes desde secundaria impide mejorar la calidad de la enseñanza no obligatoria.
Por ejemplo, en 1986, el diagnóstico de Fortalezas y Debilidades de la UNAM, realizado durante el rectorado de Jorge Carpizo Mc Gregor, reveló que el 70 por ciento de los estudiantes de nuevo ingreso al bachillerato de la Universidad Nacional —el más demandado en todo el país—llegaba con un nivel de conocimiento equivalente a un tres o cuatro de calificación, aunque su certificado mostraba hasta diez.
A casi 18 años de distancia, los resultados del Ceneval y del INEE confirman esta realidad. Los adolescentes que egresan de secundaria no saben leer bien, no cuentan con los elementos suficientes para hacer razonamientos matemáticos y sus conocimientos de historia, civismo y ciencia son deficientes.
El Ceneval, en particular, ha documentado que los resultados de quienes estudian en escuelas privadas son superiores a los de públicas hasta por 77 puntos de diferencia, tanto en español como en física, biología, formación cívica y ética, historia y matemáticas.
A su vez, el INEE descubrió en su primera evaluación nacional que la secundaria reporta bajo rendimiento académico e incluso una presencia estudiantil inferior a la que oficialmente se reporta, pues mientras la SEP documenta una cobertura del 85.6 por ciento, el Instituto sustenta 66.2 por ciento.
Tanto en cobertura como en calidad, precisa el informe del INEE, la secundaria “presenta desigualdades muy grandes, por la heterogenidad del sistema y éstas son mayores entre modalidades, si se trata de escuelas urbanas, rurales o para indígenas, si están en zonas de mayor o menos marginación y entre entidades”.
El 30.7 por ciento de los estudiantes de tercer año de secundaria logra la máxima puntuación en lectura; el resto tiene deficiencias, y sólo el 19.2 por ciento lo hace en matemáticas
De forma oficial, la SEP reporta una repetición en el primer año de secundaria del 1.2 por ciento, mientras que cinco por ciento de quienes ingresaron a ese año ya no lo hacen a segundo; otro ocho por ciento de los que ingresaron a segundo no lo hacen a tercero y del total de quienes llegan al último año, el ocho por ciento deserta o reprueba antes de concluir, por lo que alrededor de medio millón de adolescentes no termina el grado.
Elaborado desde una visión crítica, un análisis del SNTE sobre la secundaria admite que hay “improvisación” en una parte importante de los maestros de secundaria, pues “ante el crecimiento de la matrícula fue necesario incorporar a las aulas a egresados de bachillerato o de alguna licenciatura para que impartiera clases, pero sin que tuvieran conocimientos pedagógicos”.
“Esa práctica se mantiene, principalmente, en planteles al interior de la República Mexicana, mientras que en el Distrito Federal se ha puesto mayor atención, lo cual no significa que no se mantenga esa tendencia”.

Los datos
* Absorción
La Secretaría de Educación Pública asegura que el 95.4 por ciento de los egresados de primaria ingresan a secundaria, cifra que creció de manera significativa en los últimos ocho años, pues en el ciclo escolar 1995-1996, sólo el 87 por ciento de los que salían de primaria entraban a secundaria. La obligatoriedad de este grado incentivó que más adolescentes continúen sus estudios.

* Repetidores
El 18.3 por ciento de los estudiantes de secundaria reprueba y el 6.4 por ciento desertan a lo largo de los tres años del grado, según las cifras oficiales.

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